martes, 15 de diciembre de 2015

OBRA MAESTRA

Se hacía de noche y Raúl no terminaba su tarea porque se puso a pensar en cuántas páginas tendría la novela más larga del Mundo. “¡Cien mil!” se dijo, y se ilusionó imaginando la fama y la fortuna que obtendría el escritor de un libro así. “¿Y si fuera yo? ¿Cuánto tiempo tardaría en escribir una novela de cien mil páginas?” Tomando en cuenta la escuela y sus clases de natación, calculó que podría escribir 20 páginas mensuales. Tomó su calculadora y tecleó las multiplicaciones y divisiones pertinentes. “20 páginas x 12 meses = 240 páginas anuales. 100,000 páginas ÷ 240 páginas por año = 416.6666 años...” Dado el total, cayó en la cuenta de que no viviría tanto para terminar su Obra Maestra, así que cambió las cifras e hizo las operaciones una decena de ocasiones, hasta que concluyó que si escribía 500 páginas al mes terminaría la novela, más o menos, en 17 años. Pensando en que ese era un tiempo más razonable para escribir un libro, tomó un respiro para soñar con la fortuna, los premios, la inmortalidad, el respeto y la alegría de ser reconocido como el escritor de la novela más larga de la historia... ¡Y vaya que sí disfrutó su fantasía! Hasta que vinieron las preguntas obligadas. “¿Quién se atrevería a leer tan monstruosa creación?” ¡Y por supuesto! “¿De qué trataría una novela tan larga?” Entonces suspiró, esta vez con desánimo, apretó los puños, lanzó al cesto de basura la hoja en que realizó sus anotaciones, y continuó haciendo su tarea de matemáticas, porque era mucha y ya le estaba dando sueño.

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